miércoles, 1 de mayo de 2013

Diluvio.

Génesis 6 
Biblia Reina-Valera 1960

La maldad de los hombres
6 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,
2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antig:uedad fueron varones de renombre.
5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
Noé construye el arca
9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet.
11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.
12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
15 Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.
16 Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.
17 Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.
18 Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.
19 Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.
20 De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.
21 Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos.
22 Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.

Génesis 7
Biblia Reina-Valera 1960

El diluvio
1 Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.
2 De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra.
3 También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra.
4 Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.
5 E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.
6 Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra.
7 Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.
8 De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,
9 de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé.
10 Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.
11 El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas,
12 y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.
13 En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca;
14 ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie.
15 Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.
16 Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra.
18 Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas.
19 Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.
20 Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes.
21 Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.
22 Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió.
23 Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.
24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

La historia bíblica del diluvio (Gen. 6-8) es la compilación de dos relatos. El redactor los armonizó sin intentar suprimir las divergencias de detalle. Este relato presenta numerosas afinidades con los relatos sumeroacadios del diluvio. El mito está atestiguado en los sumerios: el Noé sumerio fue Ziusudra, que se encerró siete días y siete noches en el arca. En la versión acadia, más desarrollada, se llamó Utananistim (Xl. tablilla de la epopeya de Gilgames). El relato bíblico reemprende las grandes líneas del relato asirobabilónico: el héroe, avisado del inminente cataclismo por la divinidad, recibe la orden de construir un barco (el arca de la tradición popular); el diluvio dura un tiempo simbólico (siete días y siete noches o cuarenta días, según tas tradiciones); todos los seres vivos perecen salvo los que han encontrado refugio en el arca: el barco embarranca en el mismo país montañoso (el Ararat bíblico es el país de Urartu); en las dos tradiciones, acadia y hebraica, se sueltan pájaros tres veces. La paloma con la rama de olivo marca en el relato bíblico el final del cataclismo. Si bien el relato bíblico presenta incontestables afinidades con los textos asirio-babilónicos, no es posible concluir una dependencia literaria directa entre estos documentos. Más allá de los textos es preciso remontarse a tradiciones populares extendidas por el antiguo oriente y que los escritores bíblicos se replantearon e interpretaron de acuerdo con una teología monoteísta que se inscribe en la historia de la salvación de la humanidad.

EL GRAN CATACLISMO

Marcos-Ricardo Barnatán
Toda la sabiduría del antiguo oriente coincide en el testimonio de un gran cataclismo que azotó al mundo, o por lo menos a la zona del mundo por ellos conocida. Ante los pecados de una humanidad prematuramente corrupta, la ira de los dioses se transforma en cataclismo cósmico, en furioso deseo de aniquilación. El relato egipcio Rescate de la Humanidad de la Destrucción, nos describe el juicio al que el dios Re somete a los hombres y su resolución de aniquilarlos en el desierto, como su salvación por un recurso mágico. Los sumerios son mucho más implacables, el Diluvio mesopotámico tiene un gran paralelo con el bíblico, asola las ciudades y «destruye la simiente de los hombres», pero salva también a los elegidos. Casi todos los mitos hablan de la cólera de un ser superior ante los pecados humanos y la degradación del mundo. El cataclismo llega como castigo y también como regeneración ante la fatiga cósmica.
Por su parte, los aztecas creían que el mundo fue ya destruido tres o cuatro veces y que una quinta destrucción llegará en el futuro. Los mundos se suceden así diferentes entre destrucción y destrucción regidos por un sol cuya desaparición marca el fin de su ciclo. Mitos que tampoco ignoraban los indoeuropeos. El Mahabarata habla de una lluvia que caerá ininterrumpidamente durante doce años, sumergiendo a la tierra y aniquilando a la humanidad, para después recomenzar un nuevo mundo.
El relato de un desastre de esas proporciones llega hasta los mismos griegos, quienes recogen esa posibilidad desde Heráclito, pudiendo rastrearse tanto en Platón como en Aristóteles.
Pero es indefectiblemente en la Biblia donde podemos encontrar la narración más precisa. El Creador contempla con tristeza «que era grande la maldad del hombre en la tierra» y con no poca aflicción dicta el terrible veredicto: «Borraré al hombre que he creado sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta el reptil, y hasta el ave del cielo, porque Me arrepiento de haberlos hecho.» El fin de toda carne había llegado, porque la carne había corrompido la tierra. Noé, el elegido de Dios, construiría el arca según su pacto y salvaría en ella una pareja de cada especie viviente, su mujer, sus hijos y las mujeres de sus hijos. Cuarenta días y cuarenta noches duró el Diluvio bíblico, «fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, y las ventanas de los cielos fueron abiertas».

Wikipedia
El diluvio en otros textos judeo-cristianos

Igualmente, en otros textos judeo-cristianos considerados apócrifos, tales como el Libro de Enoc, se muestra que la historia del diluvio no sólo fue un castigo hacia los hombres que obraron mal, sino principalmente en contra de un grupo de ángeles llamados vigilantes, y los hijos gigantes de éstos llamados nefilim. Estos seres, según estos textos, habrían sido los causantes de un gran daño y desequilibrio entre los hombres, por lo que Dios habría decidido castigarlos y limpiar la tierra del mal producido por ellos, mandando este diluvio.
De esta forma se unirían las historias de estos seres nombrados en el Génesis 6 con el diluvio que comienza en el Génesis 7. Esta versión del diluvio bíblico se vería apoyada por un pasaje de la Biblia en el Libro de la Sabiduría (un libro Deuterocanónico), que cuenta que al comienzo, cuando murieron los orgullosos gigantes, la esperanza del mundo se refugió en una balsa (el Arca); y en ella estuvo la semilla de una nueva humanidad (Sabiduría 14:6). 


Análisis del texto del diluvio bíblico
Según la Hipótesis documentaria, los cinco libros del Pentateuco —Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio— fueron editados conjuntamente en el siglo V antes de Cristo de cuatro fuentes independientes. La narración del Arca se cree que fue hecha a partir de la fuente sacerdotal y de la Yavista. La Yavista es la más antigua de las dos, redactada en el reino de Judá de textos y tradiciones incluso más antiguos, poco después de la separación de Judá de Israel en el año 920 a.C. La narración yavista es mucho más simple que la historia sacerdotal: el Dios único envía su diluvio (por 40 días), Noé y su familia y los animales se salvan (siete de cada animal limpio), Noé erige un altar y hace sacrificios, y Eloah decide que nunca más matará a los seres vivientes por agua. La fuente Yavista no menciona un pacto entre Yahveh y Noé.
Se cree que el texto sacerdotal ha sido redactado en algún momento entre la caída del reino norteño de Israel en 722 a. C. y la caída del reino sureño de Judá, alrededor de 586 a. C. El material de fuente sacerdotal contiene muchos más detalles que la Yavista— por ejemplo, las instrucciones para la construcción del Arca, y la cronología detallada— y también suministra el centro teológico vital de la historia, el pacto entre Yahweh Sabaoth y Noé en Gen 9:1–17, que introduce el método peculiarmente judío del ritual del sacrificio, y que forma el quid pro quo para la promesa del dios de no destruir al mundo otra vez. Es la fuente sacerdotal la que nos da el cuervo (la Yavista tiene la paloma) y el arco iris, y la que introduce las cataratas del cielo (la Yavista simplemente dice que llovió). Como la fuente Yavista, el autor del texto sacerdotal (que se cree habría sido un solo autor, un miembro del sacerdocio aaraonita de Jerusalén) habría tenido acceso a los textos y tradiciones antiguos y que ahora están perdidos.
El tema de la historia del Arca, de la ira de Yahveh Elohim por la maldad del hombre, su decisión de embarcarse en una terrible venganza y su posterior arrepentimiento, son típicos del autor o autores Yavistas, quienes tratan al dios como una figura humana que aparece en persona en la narración bíblica. En contraste, la fuente sacerdotal normalmente presenta a Dios como distante e inaccesible, excepto a través del sacerdocio aaronita. Así, por ejemplo, la fuente Yavista requiere siete de cada animal limpio para permitir los sacrificios de Noé, mientras que la fuente sacerdotal reduce esto a una simple pareja, ya que no se pueden hacer sacrificios bajo las reglas sacerdotales hasta que se crea el primer sacerdote (Aarón) en los tiempos del Éxodo.

La historia del diluvio en Mesopotamia
Muchos autores coinciden en que la versión del diluvio recogida en el Génesis (el primer libro de la Biblia) se basaría directamente en los textos del siglo XIV a. C. de la literatura de Mesopotamia, conocidos como la historia de Uta-na-pistim (dentro del Poema de Gilgamesh), ya que se observa una relación obvia al comparar los pasajes del mito de Uta-na-pistim con los del diluvio judeocristiano, a veces hasta textual, teniendo en cuenta que los pueblos hebreos en su mayoría tuvieron contacto con Mesopotamia y su cultura.
Básicamente el texto mesopotámico relata lo siguiente: Enlil decide destruir a la humanidad porque le resultan molestos y ruidosos. Ea advierte a Uta-na-pistim para que construya un barco. El barco se deberá llenar de animales y semillas. Llega el día del diluvio y toda la humanidad perece, excepto Uta-na-pistim y sus acompañantes. Uta-na-pistim se da cuenta de que las aguas bajan y suelta un cuervo el cual revoloteaba sobre las aguas yendo y viniendo hasta que se evaporaron las aguas de la tierra. Uta-na-pistim hace una ofrenda a los dioses y éstos quedan satisfechos por el sacrificio. Un relato muy similar es narrado en tablillas sumerias muy antiguas de la ciudad de Ur, en las cuales el protagonista a quien Enki/Ea previene del diluvio es Ziusudra. Lo mismo podemos ver en un relato de origen acadio, titulado Atrahasis, poema épico que relata desde la creación hasta el diluvio universal.

Estudio científico sobre el diluvio del génesis bíblico-mesopotámico
Aunque la mayor parte de las opiniones referentes al diluvio del génesis bíblico-mesopotámico se inclinen a pensar que tiene un origen mítico, el estudio científico no está totalmente de acuerdo de que absolutamente todos los aspectos no sean reales. En este sentido, los registros caldeos y bíblicos son los únicos registros que especifica lugares y períodos bien definidos que se pueden utilizar para un análisis científico. Un ejemplo de ello es que, según la historia descrita en la Biblia, la zona donde se ha posado el arca de Noé habría sido la región montañosa de Urartu (actual Armenia y Anatolia), según el relato caldeo en el monte Nisir de la cordillera de los montes Zargos (aunque la tradición cristiana posterior convirtió arbitrariamente la región de Ararat en el monte Ararat).
Sin embargo, hay que tener en consideración que la geología y otras ciencias han descartado que haya ocurrido un diluvio o inundación mundial que haya abarcado todo el planeta. Aun así, el mito del diluvio del génesis bíblico-mesopotámico sí permite postular científicamente que haya sucedido un posible diluvio o inundación, pero ocurrido sólo en una zona geográfica específica del planeta. Debido a ello hay varias hipótesis que, en efecto, indican que en un período temprano de la existencia del ser humano, cuando ya existía el lenguaje, sucedió posiblemente alguna clase de catástrofe natural que se puede asociar a una inundación o diluvio que, aunque no abarcó todo el planeta, sí pudo haber sido el origen del mito. Entre estas hipótesis se podrían incluir:
La propuesta por los geólogos William Ryan y Walter Pitman, de la Universidad de Columbia, sobre la inundación del mar Negro, que durante la última era glacial pudo haber sido un lago de agua dulce cuyo nivel descendió considerablemente. Al terminar la era glacial, con el aumento del nivel de los océanos, la estrecha franja de tierra que lo separaba del mar Mediterráneo se habría erosionado causando una inundación catastrófica en toda la cuenca del mar Negro, que habría aumentado su nivel e inundado grandes extensiones de superficie en tal vez unas pocas semanas. Existen pruebas convincentes de que esta inundación del mar Negro ocurrió, pero el que sea el recuerdo de este hecho el que dio origen a las historias del Diluvio es mucho más controvertido.
Las hipótesis que asocian este mito a las crecidas de los ríos en los que se desarrollaron las primeras civilizaciones y el recuerdo que las crecidas de tipo catastrófico debieron dejar en las primeras comunidades urbanas del Tigris y el Éufrates. En este sentido existe una amplia tradición local, aunque al igual que la hipótesis del mar Negro, asociar estas hipótesis con el diluvio del Génesis bíblico-mesopotámico es un hecho también polémico.
Según otra corriente de opinión, el diluvio universal pudo responder, en su origen, sólo a la necesidad de explicar ciertas observaciones y evidencias geológicas y paleontológicas, en un contexto cultural previo al actual análisis científico; análisis que descarta estas observaciones como prueba de un diluvio universal, al probar que tienen otro origen científico. Estas observaciones que equivocadamente pudieron dar origen a este mito serían, por ejemplo, las siguientes: el hallazgo de fósiles de animales y plantas, en grandes acumulaciones (extinción masiva); fósiles de origen marino (peces, equinodermos, moluscos...) encontrados a mucha distancia del agua o a gran altitud sobre el nivel del mar; fósiles de seres extintos; icnitas, es decir, huellas de pisadas sobre barro fresco; ondulitas (ripple-marks); estratos de rocas sedimentarias que denotan o bien un proceso lento incompatible con la creencia en una Creación reciente, o bien un proceso catastrofista muy rápido y la existencia de conglomerados con cantos rodados similares a los de origen fluvial. Esta hipótesis postularía que este origen del mito sería reforzada por la supuesta universalidad del mito del diluvio, común a muchas civilizaciones no relacionadas con la judeo-mesopotámica.
Se ha teorizado que el Diluvio pudo ser en realidad un tsunami mediterráneo producido por el estallido del volcán Etna en la ribera oriental de Sicilia. Una investigación publicada en 2006 sugiere que esto ocurrió alrededor del año 6000 a. C. y causó un enorme tsunami que dejó su marca en varios lugares del mar Mediterráneo oriental, por ejemplo, en el asentamiento de Atlit Yam (Israel), hoy día bajo el nivel del mar, que fue abandonado repentinamente alrededor de esa época.
Por otro lado, se sugiere que el mito del diluvio universal estaría relacionado con la Teoría de la catástrofe de Toba, por la cual hace 70.000 años la población humana se redujo a unos 10.000 individuos, tras un invierno volcánico de 6 años de duración caracterizado por una bajada de las temperaturas de hasta 15º y lluvias generalizadas. La transmisión oral de esta catástrofe a través del tiempo explicaría por qué el mito del diluvio universal es común a diversas culturas a lo largo del mundo como, por ejemplo, en los indios Innu de Canadá.

Otras historias sobre diluvios universales
La historia sobre el diluvio bíblico, o su versión de Mesopotamia, no son las únicas historias sobre esta temática. Así, igualmente existen otras historias de diluvios en otras culturas del mundo. No obstante, hay que tener en consideración que "no existen pruebas" de que realmente estén relacionadas o que correspondan al mismo fenómeno, como sucede con la versión de Noé y la de Uta-na-pistim.

Hindú
En las Escrituras védicas de la India encontramos a un rey llamado Svayambhuva Manu, que fue avisado del diluvio por una encarnación de Visnú en forma de un gigantesco pez (Matsya Avatar). Matsya arrastró el barco de Manu y lo salvó de la destrucción. El diluvio hindú fue mucho más devastador, ya que el agua no provenía de las nubes de este planeta, sino que se trataba de una creciente del océano que se encuentra en el fondo del universo.

Griega
La mitología griega relata la historia de un gran diluvio producido por Poseidón, quien por orden de Zeus había decidido poner fin a la existencia humana, por haber aceptado el fuego que Prometeo había robado del Monte Olimpo. Deucalión y su esposa Pirra fueron los únicos supervivientes. Prometeo le dijo a su hijo Deucalión que construyese un arca en la que introdujera una pareja de cada animal, de forma análoga a la historia bíblica, y así sobrevivieron.
Al terminar el diluvio, y una vez que se secó la tierra y las aguas retrocedieron al mar, el arca de Deucalión se posó sobre el monte Parnaso, en donde estaba el oráculo de Temis (Apolo aún no había nacido). Deucalión y Pirra entraron en el templo para que el oráculo les dijera qué debían hacer para volver a poblar la Tierra, y la diosa sólo les dijo: «Vuélvanse hacia atrás y arrojen los huesos de su madre.» Deucalión y su mujer adivinaron que el oráculo se refería a las rocas. De esa forma, las piedras arrojadas por Deucalión se convirtieron en hombres, y las arrojadas por Pirra en ninfas o diosas menores, porque aún no se había creado a la mujer.[cita requerida]

Mapuche
En las tradiciones del pueblo amerindio mapuche, igualmente existe una leyenda sobre la inundación del hogar de este pueblo o del planeta al luchar entre sí dos serpientes, llamadas Treng treng vilu y Caicai Vilu. El pueblo mapuche cuenta entre sus mitos con la fantástica leyenda del diluvio universal que reviste cierta analogía con el diluvio bíblico. Encarnan la leyenda dos serpientes, la llamada Treng treng vilu, protectora de los hombres, y Caicai vilu, enemiga del género humano.
Un día fueron advertidos por la culebra amiga Treng treng vilu que la culebra enemiga les preparaba un exterminio mediante una terrible salida del mar y les instó a refugiarse en el cerro sagrado que ella habitaba, donde sólo unos pocos concurrieron. Producida la inundación, a medida que las aguas subían Treng treng vilu elevaba el cerro hasta acercarse al sol. Los refugiados se salvaron y los que fueron alcanzados por las aguas quedaron convertidos en peces, cetáceos y rocas. Así fue cómo se salvó la humanidad al bajar estos pocos hombres desde el cerro en el que se habían refugiado.

Pascuense
La tradición del pueblo de Isla de Pascua dice que sus ancestros llegaron a la isla escapando de la inundación de un mítico continente o isla llamada Hiva.

Maya
Para los k’iche’s, por ejemplo, la inundación fue producida por Uk’u’x Kaj (“Corazón del Cielo”) o Jurakan, Madre y Padre de los Dioses, a fin de destruir a la raza de hombres de madera (Recinos 1984: 94-98; Christenson, 2003: 85-90). Fray Bartolomé de las Casas (1967, II:507) refiere también que entre los q’ekchi’s de Verapaz “había noticia de un diluvio y de la fin del mundo, y llámanle Butic, que significa diluvio de muchas aguas y quiere decir juicio, y así creen que está por venir otro Butic, que es otro diluvio y juicio, no de agua, sino de fuego, el cual dicen que ha de ser el fin del mundo, en el cual han de reñir todas las creaturas.” Semejante al anterior es un pasaje contenido en la Relación de la ciudad de Mérida (De la Garza, 1983, I: 72), mismo que confirma la creencia en diluvios sucesivos de agua y fuego, como también en un caimán que simbolizaba la inundación y la tierra.
En la obra "Historia de la América Central" de Enrique Gómez Carrillo, de 1906, donde el autor recopila documentos de la conquista y la colonia, principalmente del fray Francisco Ximénez, se describe cómo a la llegada de los primeros misioneros cristianos, encontraron paralelos en los temas de la torre de Babel, las tribus perdidas, la caida de Lucifer, los viajes de evangelización de los apóstoles y por supuesto el diluvio universal. En un fragmento se describe de cómo el cacique de Nicaragua, sosteniéndo un diálogo con Gil Gonzáles de Ávila, preguntó si ellos en sus historias, también tenían noticia del diluvio que había destruido el mundo antiguo.

Mexica
Artículo principal: Chalchitlicue.
En el manuscrito mexica denominado Códice Borgia (Códice Vaticano), se recoge la historia del mundo dividido en edades, de las cuales la última terminó con un gran diluvio a manos de la diosa Chalchitlicue.

Inca
En mitología incaica, Viracocha destruyó a los gigantes con una gran inundación, y dos personas repoblaron la Tierra: Manco Cápac y Mama Ocllo. Únicamente sobrevivieron en cuevas selladas.

Uros
En el lago Titicaca, donde habita un grupo de indígenas conocidos por el nombre de uros o urus, existe una leyenda local que dice que, después del diluvio universal, fue en el lago Titicaca donde se vieron los primeros rayos del Sol.

Moussaye
En la nación africana de Chad, la tribu moussaye en su mitología cuenta la historia de que una vez una familia vivía en un lugar remoto, y que cierto día, la madre quiso preparar una comida opípara para su familia; así que tomó el mortero con su majador para moler el grano y hacerlo harina. (En aquel tiempo el cielo estaba mucho más cerca que ahora. En efecto, si se alargaba la mano, podía tocarse.) Majó el grano con todas sus fuerzas; sí, machacó el mijo y lo hizo pronto harina. Pero al moler, la mujer se descuidó y alzó el majador tan alto que hizo un agujero en el cielo. En el acto empezó a caer a la tierra mucha agua. No era una lluvia normal. Llovió durante siete días y siete noches hasta que toda la tierra quedó anegada. Conforme caía la lluvia, el cielo se iba levantando, hasta que llegó a la altura inalcanzable que ahora tiene. Desde entonces perdimos el privilegio de tocar el cielo con la mano.

Kawésqar
Para los Kawesqar, o Alacalufes, de Tierra del Fuego, una gran inundación tuvo lugar en el mundo cuando un joven cazó, para regalarle una buena comida a su novia, a una nutria (o coipo, según otra versión) que por tabú no podía ser cazada. Ésta era una criatura protegida por el espíritu de las aguas, quien, dolido por esta afrenta, hizo subir el mar para vengarse de toda la humanidad. Al final del relato, el joven y su novia se salvan al subir a elevados cerros. Luego son ellos los encargados de repoblar la tierra.

Taíno
En jeroglificos encontrados en San Juan, Puerto Rico, indican que Yukiyu, un "dios taíno", creó una gran inundación. Se dice que se salvaron gracias a que se albergaron en el bosque fluvial del Yunque.

Guaraní
La Mitología guaraní de los nativos de América del Sur sostiene que durante el tiempo conocido como "Yvy tenonde" (primera tierra), los hombres y los dioses convivían libremente en ésta en abundancia y no existían enfermedades o penurias...
Hasta que un hombre llamado Jeupié transgredió el tabú máximo: el incesto, al copular con la hermana de su padre. Este hecho fue castigado ejemplarmente con un diluvio (Mba'e-megua guasu) que destruyó aquella tierra primera y produjo la partida de los dioses hacia su morada celestial.
Ñamandú, dios principal de los guaranies, decide crear entonces una segunda tierra, aunque imperfecta. Solicita entonces la ayuda de Jakairá quién esparce una bruma vivificante sobre la nueva tierra. Los sobrevivientes del diluvio pasan a habitar esta tierra donde ahora existen la enfermedad, los sufrimientos y la muerte.
Desde entonces los hombres habitantes de la "nueva tierra" conocida como Yvy Pyahu estan condenados a la eterna búsqueda de aquella primera tierra perdida que llaman: "Yvymara'eỹ" (Tierra Sin Mal).

¿Descubren en el Mar Negro restos del Diluvio Universal?
http://www.cronica.com.mx/notas/2002/6941.html 


Ryan y Pitman, científicos de la Universidad de Columbia, encontraron indicios de lo que pudo haber sido el diluvio universal a partir de trabajos en piedra que podrían ser los restos de una morada, tal vez arrasados por una terrible inundación siete mil 600 años atrás, en el fondo del Mar Negro.
La publicación de los nuevos datos acerca del hecho que narra la Biblia bajo el título de El Diluvio de Noé, los nuevos descubrimientos sobre el acontecimiento que cambió la historia, propone que el Mar Negro había sido un lago de agua dulce que se transformó en mar debido a una catástrofe: una inundación ocurrida en 5,600 a.C., tiempo aproximado en el que, según algunos eruditos en la Biblia, sobrevino el Diluvio.
Robert Ballard, explorador de profundidades oceánicas, conocido como el descubridor del Titanic, ha señalado que "el mar Negro es un atractivo lugar de misterios prohibidos".
Las investigaciones sugieren que 5,600 años a.C., ocurrió una inundación prehistórica y calamitosa cuando de repente el creciente mar Mediterráneo irrumpió sobre un dique natural de tierra ingresando así en las aguas frescas de un lago.
Así fue creado como hoy lo conocemos el Mar Negro, con una capa de agua desprovista de oxígeno debajo y otra de agua salada en la superficie.
Cualquier sobreviviente de esta inundación hubiera tenido una anécdota aterradora para contarle a las generaciones siguientes. Un cuento que éstos científicos sugieren, fue eventualmente registrado como una relato bíblico sobre Noé y la gran inundación.
exploración. El interés de Ballard se despertó y extendió así sus planes para incluir una investigación en busca de señales que demostrasen que ahí había gente viviendo en el momento en que la inundación ocurrió.
Durante más de 25 años, Ballard había soñado con explorar las desconocidas profundidades del Mar. Inaccesibles para los científicos occidentales durante la guerra fría, el Mar Negro tiene una legendaria "zona muerta", una capa profunda de aguas sin vida que no puede albergar a las criaturas que normalmente buscan su alimento en barcos hundidos.
Las aguas privadas de oxígeno actúan como un tanque de preservación gigante donde el buscador de naufragios imaginó poder encontrar antiguos barcos en perfecto estado con sus mástiles aún de pié.
La controvertida idea aumentó la fascinación de Ballard por el Mar Negro, lo que motivó su investigación. Intrigado, reclutó al arqueólogo Fredrik Hiebert, del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pennsylvania y al arqueólogo náutico Cheril Ward del Instituto de Arqueología Náutica de Texas A&M.
Luego de varios días de transcurrida la expedición, los exploradores realizan un impactante descubrimiento a 91 metros de la línea de preinundación.
Se trata aparentemente de una estructura hecha por el hombre que se desliza en el monitor del video justo donde los investigadores esperaban encontrar señales de vida humana. Piedras cuadradas, semienterradas en sedimento, formarían parte de una vivienda hecha por el hombre.
Trasladándose más aún en aguas profundas, la suerte de la expedición se expande y la tripulación se enfrenta a cuatro barcos antiguos de la época Romana.
Uno de ellos, se encontraba a tres mil metros bajo la superficie del mar, espectacularmente conservado y con su mástil de 12 metros de altura aun erguido.
El barco estaba totalmente esculpido a mano, con 15 metros de eslora y pertenecería al período Bizantino hace 1,500 años. Los arqueólogos marinos están estáticos. Nadie había visto un barco clásico conservado en tan buenas condiciones originales.
Las respuestas que ellos puedan encontrar en su bodega podrían responder a las preguntas de una generación entera de historiadores y científicos marinos.

En cuanto a la inundación, los descubrimientos de Ballard pueden reforzar la teoría de que hubo gente viviendo antes de que el cataclismo ocurriese. Pero tanto él como otros científicos, se resisten a conectarlo con la historia Bíblica de Noé. Por provocativa que la teoría parezca, simplemente no hay pruebas de que la calamidad en el Mar Negro pasara a ser una leyenda y menos aún que se transcribieran en las páginas de la Biblia.
Pero sin duda el trabajo de Ballard contribuyó a nuestro entendimiento de la historia humana.
Su descubrimiento de barcos antiguos sostendría la hipótesis que se podría hacer lo mismo con otros naufragios de barcos antiguos en el Mar Negro. Asimismo, su búsqueda por encontrar rastros humanos eleva la intrigante posibilidad que hubiera vivido gente hace 7600 años cuando una antigua inundación arrasó sus colonias.

En: http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2009/08/10/122904

Se explica esta teoría con detalle.

Terreno de suelo perdido tras la gran inundación. Fuente: página de Antón Uriarte

Es posible que hace unos 5.000 años, debido a un proceso de desecación, el Mar Negro quedara aislado del Mediterráneo y se convirtiese en un lago (azul oscuro). Posteriormente, y de forma brusca, se abrió de nuevo la comunicación con el Mediterráneo a través del Bósforo y las aguas anegaron una gran extensión (azul claro) de las costas de aquel efímero lago, provocando una inundación catastrófica.
Quizás fue así … Durante los siglos anteriores al 5.500 antes del presente se produjo un período de enfriamiento y de aridificación del clima en el sur de Europa, de tal forma que el nivel de las aguas del Mar Negro bajó, y además perdió el contacto con el Mar Mediterráneo, convirtiéndose en un gran lago hundido de agua dulce. Después, una ligera subida del nivel del Mediterráneo hizo que de nuevo se abriese por el Bósforo una grieta de contacto entre los dos mares. Al estar la superficie del Mediterráneo muy por encima del nivel del Mar Negro, la erosión hizo que la grieta se convirtiese pronto en una enorme cascada de agua salada. Esto explicaría la aparición súbita de moluscos halófilos en los sedimentos del Mar Negro correspondientes a esa fecha. Un torrente de agua, semejante a 200 veces las cataratas del Niágara, se vertió durante 1000 días sobre aquel lago, haciendo que su nivel se elevase 150 metros. Durante el episodio el ritmo de subida fue de 15 centímetros por día e hizo que la línea de costa se retrasase diariamente en algunos lugares centenares de metros. Se ha especulado que el mito del diluvio universal radique en aquella catástrofe natural y que aquella gran inundación impulsase la expansión de la agricultura hacia Europa Central, motivada por la emigración de los pueblos que habitaban las riberas del lago. Recientemente, el oceanógrafo Robert Ballard, utilizando robots submarinos, ha encontrado indicios de anteriores habitaciones humanas en aquellas zonas recubiertas hoy por las aguas del Mar Negro.

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