domingo, 2 de junio de 2013

Amapola (Papaver rhoeas)

AMAPOLA (Papaver rhoeas)

Nos dice Méssegué que es prima de la adormidera, pero carece de la peligrosa morfina. Su principio activo es la readina que calma y mitiga el dolor y no produce hábito. En Grecia e Italia sus hojas tiernas se comieron hasta el XVI. Flores y semillas se consideran levemente narcóticas, sudoríferas, expectorantes, pectorales, calmantes y suavizantes. Con el pie de gato, la malva, el tusílago forma la famosa tisana de las cuatro flores, efectiva para males de pecho, bronquios, faringe. añadiendo el malvavisco, gordolobo, y la violeta tendremos la tisana de las siete flores.
Se utilizan los pétalos que contienen derivados antociánicos, alcaloides isoquinoléicos: roedina, reaginina, mucílago. El mucílago es responsable de su acción emoliente y béquica; los alcaloides isoquinoléicos presentan una actividad ligeramente sedante y espasmolítica.
La amapola es útil para tratar cualquier clase de insomnio, combate el nerviosismo, la ansiedad, espasmos de estómago o intestino, y todos los dolores de origen nervioso, tos espasmódica: tosferina, asma. En uso externo: blefaritis, conjuntivitis.
Contraindicaciones: por su contenido en alcaloides se recomienda abstenerse durante el embarazo y para niños pequeños. Usar con precaución y de forma discontinua.

Elixir floral: Para quien está viviendo un proceso de apertura espiritual, de despertar de conciencia. Ayuda a integrar nuevos conocimientos, o los traumas de la infancia. Estimula la creatividad. Integra conocimientos de vidas anteriores. Consigue armonía en la relación entre el mundo consciente y su contraparte inconsciente.