martes, 29 de enero de 2013

Teoría de la Signatura o de las Señales.

En el Dioscórides renovado de Pío Font Quer se recogen estudios de Dioscórides, Mattioli, Laguna, Leclerc, y otros botánicos, relatándose la antigua y candorosa teoría de la “signatura” (del signo o señales) que desde tiempos remotos ha sido utilizada intuitivamente para encontrar los secretos que encierran las plantas.

Consiste, esta teoría, en la creencia de que la planta muestra sus cualidades por la forma, color, textura, olor, lugar donde habita, etc que indicarían simbólicamente las cualidades que poseen. Así la hoja del trébol, con forma de ojal y una mancha blanca señalaría las cataratas en el ojo, y con ello su virtud contra aquellas. La viborera con semillas que recuerdan la cabeza de una víbora se reputaba como antídoto de su mordedura; la pulmonaria con hojas parecidas a la borraja, y con manchas blanquecinas en su superficie serían buenas para las afecciones pulmonares. Las tuberosidades de las orquídeas a modo de testículos (p, e. la Ophrys fusca llamada Compañón de perro) se consideraron afrodisíacas. La semejanza entre el fruto del nogal y el cerebro había de reflejarse en las virtudes contra afecciones de la cabeza. El extraordinario amargor de la centáurea debería acabar con el dulzor de la orina de los diabéticos. Plantas que viven en aguas frías deberían servir para quitar calenturas. Y así sucesivamente.

Es como una proyección psicológica del investigador en el significado de las características simbólicas de las plantas.Tal teoría puede considerarse hoy de inocente pero, sin duda, sirvió para examinar los efectos de las plantas. 

Analizar una relación causa efecto teniendo enfocada la observación previamente, facilita extraordinariamente la sistematización de esta investigación. La observación sobre animales debió ser la clave del descubrimiento de las virtudes; así, por ejemplo, las vacas irlandesas, en determinadas circunstancias, cuando se herían sufrían hemorragias intensas con gran dificultad para atajarlas, hasta que se dieron cuenta que sucedía al alimentarse de tréboles.
He de decir que en textos tan modernos que tratan de elixires florales como el de Philippe Deroide en "Los elixires florales europeos" se interpretan las cualidades de algunas plantas en función de analogías simbólicas reconociendo válida la teoría de las señales. Sobre el Diente de León dice: "la polaridad que existe entre la ligereza de los frutos (vilanos que son arrastrados por el aire) y la intensidad del aparato radicular bien asentado en el suelo indica su efecto terapéutico de crecimiento y floración con su capacidad para disolver y dispersar la tendencia al endurecimiento y la cristalización. Este elixir ataca las tensiones dispersándolas y disolviéndolas. Nos ayuda a no confundir la exageración con el buen hacer aconsejándose para los que están demasiado preocupados con el "hacer" y actuar realizando demasiado esfuerzo físico, lo que produce tensiones en el cuerpo y en las emociones. El elixir les ayuda a relajarse".
Interpreta sus propiedades contrastando la rigidez, fortaleza y estabilidad de la estructura radicular con la etérea constitución del vilano y su facilidad de desprendimiento y dispersión, avisando la planta de sus cualidades relajantes; un aprendizaje que se inicia en el oscuro realismo que impide ver más allá en el interior de la tierra evolucionando hacia la vida de los espacios abiertos.


¿Es marginal esta teoría?. 

Fue creativa y se basó en los símbolos al igual que tantas otras corrientes del conocimiento, y como hemos visto sigue utilizándose como fuente de investigación en medios que lindan con el esoterismo. Las técnicas de investigación modernas basadas en la Química y la experimentación con las drogas se fundamentan en el método científico, (prueba, análisis, contraste, crítica, repetición), y repudian los métodos de la Signatura, pero estas técnicas modernas son deudoras de aquellas.